El Mundo, 03-09-2017
¿Puede pinchar la ‘burbuja’ turística?
España es, sin miedo a pecar de falsa modestia, el mejor destino turístico del planeta. Lo confirmó el pasado abril el World Economic Forum (WEF) y, aunque no sacó sobresaliente en ninguna de las 14 áreas relativas al turismo que analiza la prestigiosa institución organizadora del Foro Davos, sí revalidó el título que ya le otorgó en 2015 frente a un total de 135 países. Pero mantenerse en la cima no es fácil y el puesto podría peligrar por multitud de factores. Si extrapolásemos la cifra de turistas recibidos en el primer semestre al resto del año, las llegadas en 2017 no alcanzarían el dato récord de los 75 millones de 2016. Sin embargo, atendiendo a que ya en julio suman casi 47 millones y falta por contabilizar el mes de mayor afluencia -agosto-, 2017 será el mejor año para el turismo que se recuerde, al menos en llegadas. Pero, ¿es una situación meramente coyuntural? ¿Corre riesgo el turismo de convertirse en otra burbuja para España? Aunque no es comparable con el desmesurado desarrollo que se dio en la construcción los años previos a la crisis de 2007, varias cuestiones podrían poner en peligro una recuperación económica que se ha asentado en buena medida en la industria turística.
Apoyar la recuperación en un segmento del sector servicios deja a España a expensas de la demanda extranjera para crecer y, sobre todo, para crear empleo. Sin armas para combatir, factores como la inestabilidad que genera un atentado o la vuelta a escena de países que nos prestaron sus turistas en los últimos tiempos podrían acabar dando al traste con el mejor año de la historia para el turismo español y convertirlo en una mera anécdota. ¿Qué hacer para que el turismo se constituya en una actividad de carácter atemporal y se consolide como factor generador de riqueza estructural en la economía española?…